martes, 22 de febrero de 2011
Estúpido cupido!!!
De todas las razones posibles por las que hacemos el ridículo sin importarnos demasiado las consecuencias,se me ocurre que la fundamental es esa que denominamos amor. La pregunta tonta subsiguiente es: ¿cuánto dura el amor? Si me respondiera retóricamente que poco,muchos opondrían incluso su propia experiencia para demostrar lo contrario, así que supondré que tiene una duración indeterminada formulando la pregunta de otra manera. ¿Cuántas clases de amor hay? (Entiendase que me refiero al que tiene connotaciones sexuales, aunque sean platónicas) Si sólo hubiera una, sería un sentimiento uniforme y todos sabemos que no es así. Amamos con frenesí, amamos con locura, también hay quien ama de forma apacible, sin olvidar a los que sólo aman un poco y a los que simplemente se hacen compañía. Ello me anima a preguntarme y preguntaros, ¿A cuántas personas se puede amar a la vez? quizás de maneras diferentes o semejantes.
Si respondemos que a más de una entonces deberemos poner en tela de juicio el concepto de familia o admitir que en cualquier caso la familia debería ser una institución al margen del amor ya que su fin es la estabilidad antes que el amor, el erotismo y el placer. Diréis que no es cierto pero sucede que casualmente una gran mayoría de hombres y mujeres casados/as valoran primero muchas otras cosas que ese viejo concepto en nombre del cual decidieron vivir en pareja, (la situación económica, la fidelidad, el trabajo, la vivienda, etc etc...) Algunos dirán es que es un amor sereno. que quiere decir ¿de que mierd... estás hablando?. En base a estas premisas la familia es un fraude aunque es cierto que otros sistemas que se han intentado no funcionaron mejor. Pero la gente tiene conciencia de que efectivamente es un instrumento más de control y por eso por mas que se la venere pesa como un lastre en cada individuo. No por ella misma sino por lo que se le obliga a hacer para sostenerla, en esas condiciones el concepto amor tiene una nueva dimensión mas transgresora. Y al fin unos y otros nos convertimos en piratas, hombres y mujeres asaltan los reductos del amor en mar abierto, se embriagan con sus vapores y vuelven cabizbajos a los brazos del sistema protector...
Pues eso... podría ser peor naufragar en una isla.
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