domingo, 28 de octubre de 2012

Elecciones...



Me niego, me niego, me niego y me niego a perder el optimismo. Quizás sea mi exceso de confianza en las personas, lo que no me deja ver, no sé. Quizás es sólo mi testarudez. Quizás es sólo porque me gusta contradecir, aunque en el fondo reconozca más de una pizca de razón. Dame 10 cachetadas y no me callo. Bótame 10 veces y me paro 11. Córtame las alas y me fabrico unas marca ACME. Que sin sueños nadie puede crecer. Tengo voz, tengo voto, tengo manos para hacer. El día que no pueda soñar será el día en que mis hijos velen ya sus propios sueños. Díganme iluso, tonto, ingenuo, pero aún creo que las personas tienen aunque sea un poco en lo cual se puede confiar, quizá sea  que  mi segundo nombre siempre será "quiero creer"

sábado, 27 de octubre de 2012

Del lector y todo eso

                                                                            
El leer supone concentración y a menudo en tal punto que quien lee ya no se da cuenta de donde está, de su postura, del entorno, de la silla o el sillón. El lector solo hace una cosa, lee, lo cual es inaceptable en una civilización que considera el colmo de la estupidez no ser capaz de "andar y mascar chicle al mismo tiempo". Mas aún: esto de concentrarse en una sola cosa resulta sospechoso, porque proporcionalmente a dicha concentración el lector se desinteresa del entorno, de nosotros, de todos los demás que estamos ahí. Por tanto, sin decir una palabra, este tipo absorto en la lectura proclama la poca o ninguna importancia que al menos en ese momento tiene para él nuestra existencia y presencia.Ha tenido la desvergüenza de sumergirse en otro ámbito y declararnos , por defecto carentes de interés. Nos está ninguneando y no nos necesita 

De la felicidad y todo eso (Fernando Villegas)

sábado, 20 de octubre de 2012

Afecto y salud




A mediados de la década los setenta se llevó a cabo un estudio en la Universidad de Ohio, en USA, para tratar de evaluar la correlación entre el colesterol malo y las afecciones cardiacas. Se escogieron 9 conejos que fueron evaluados completamente para así establecer una base experimental que excluyera variables externos, tales como enfermedades latentes que pudieran afectar el resultado final del experimento. En otras palabras, los conejos fueron minuciosamente examinados para que fueran similares en cuanto a salud y demás factores pertinentes. A cada conejo se le asignó un asistente de laboratorio el cual estaba encargado de suministrarle una inyección de colesterol diariamente durante los tres mese que habría de durar dicho experimento. Al cabo de dos meses 8 de los conejos habían muerto debido a afecciones cardiacas desarrolladas como consecuencia de las inyecciones, pero uno de ellos aun permanecía con vida y gozaba de buena salud. Sin embargo, el asistente encargado de este conejo había seguido al pié de la letra los procedimientos designados por el conductor del experimento. Ante tal situación, el encargado del experimento decidió repasar los videos que se habían tomado de los nueve conejos y su comportamiento antes y después de las inyecciones. Lo único que se encontró fue que el asistente del conejo saludable cargaba y mimaba al conejo por unos minutos antes y después de suministrarle la dosis. Aunque el detalle parecía insignificante, resultó ser el variable que explicaba el por qué dicho conejillo aun gozaba de buena salud.


"Un corazón calmado es la vida del organismo." Salomón

martes, 16 de octubre de 2012

Romance de la Derivada y el Arcotangente



Veraneaba una derivada enésima en un pequeño chalet situado en la recta del infinito del plano de Gauss, cuando conoció a un arcotangente simpatiquísimo y de espléndida representación gráfica, que además pertenecía a una de las mejores familias trigonométricas.
En seguida notaron que tenían propiedades comunes.
Un día, en casa de una parábola que había ido a pasar allí una temporada con sus ramas alejadas, se encontraron en un punto aislado de ambiente muy íntimo. Se dieron cuenta de que convergían hacia límites cuya diferencia era tan pequeña como se quisiera. Había nacido un romance. Acaramelados en un entorno de radio épsilon, se dijeron mil teoremas de amor.
Cuando el verano paso, y las parábolas habían vuelto al origen, la derivada y el arcotangente eran novios. Entonces empezaron los largos paseos por las asíntotas siempre unidos por un punto común, los interminables desarrollos en serie bajo los conoides llorones del lago, las innumerables sesiones de proyección ortogonal.
Hasta fueron al circo, donde vieron a una troupe de funciones logarítmicas dar saltos infinitos en sus discontinuidades. En fin, lo que eternamente hacían los novios.
Durante un baile organizado por unas cartesianas, primas del arcotangente, la pareja pudo tener el mismo radio de curvatura en varios puntos. Las series melódicas eran de ritmos uniformemente crecientes y la pareja giraba entrelazada alrededor de un mismo punto doble. Del amor había nacido la pasión. Enamorados locamente, sus gráficas coincidían en más y más puntos.
Con el beneficio de las ventas de unas fincas que tenia en el campo complejo, el arcotangente compro un recinto cerrado en el plano de Riemann. En la decoración se gasto hasta el ultimo infinitésimo. Adorno las paredes con unas tablas de potencias de "e" preciosas, puso varios cuartos de divisiones del termino independiente que costaron una burrada.
Empapeló las habitaciones con las gráficas de las funciones mas conocidas, y puso varios paraboloides de revolución chinos de los que surgían desarrollos tangenciales en flor. Y Bernouilli le presto su lemniscata para adornar su salón durante los primeros días. Cuando todo estuvo preparado, el arcotangente se traslado al punto impropio y contemplo satisfecho su dominio de existencia.
Varios días después fue en busca de la derivada de orden n y cuando llevaban un rato charlando de variables arbitrarias, le espeto, sin mas:

- ¿Por qué no vamos a tomar unos neperianos a mi apartamente? De paso lo conocerás, ha quedado monísimo.
Ella, que le quedaba muy poco para anularse, tras una breve discusión del resultado, aceptó.
El novio le enseño su dominio y quedo integrada. Los neperianos y una música armónica simple, hicieron que entre sus puntos existiera una correspondencia unívoca. Unidos así, miraron al espacio euclídeo. Los astroides rutilaban en la bóveda de Viviany... ¡Eran felices!

- No sientes calor? - dijo ella

- Yo si. ¿Y tú?

- Yo también.

- Ponte en forma canónica, estarás mas cómoda.
Entonces el le fue quitando constantes. Después de artificiosas operaciones la puso en paramétricas racionales...

- Que haces? Me da vergüenza... - dijo ella

- Te amo, yo estoy inverso por ti...! Déjame besarte la ordenada en el origen...! No seas cruel...! ven...! Dividamos por un momento la nomenclatura ordinaria y tendamos juntos hacia el infinito...
El la acaricio sus máximos y sus mínimos y ella se sintió descomponer en fracciones simples...
Al cabo de algún tiempo la derivada enésima perdió su periodicidad. Posteriores análisis algebraicos demostraron que su variable había quedado incrementada y su matriz era distinta de cero.
Ella le confeso a él, saliéndole los colores:

- Voy a ser primitiva de otra función.
El respondió:

- Podríamos eliminar el parámetro elevando al cuadrado y restando.

- Eso es que ya no me quieres!

- No seas irracional, claro que te quiero. Nuestras ecuaciones formaran una superficie cerrada, confía en mi.
La boda se preparó en un tiempo diferencial de t, para no dar que hablar en el circulo de los 9 puntos.
Los padrinos fueron el padre de la novia, un polinomio lineal de exponente entero, y la madre del novio, una asiroide de noble asíntota.
La novia lucia coordenadas cilíndricas de Satung y velo de puntos imaginarios.
Oficio la ceremonia Cayley, auxiliado por Pascal y el nuncio S.S. monseñor Ricatti.
Hoy día el arcotangente tiene un buen puesto en una fábrica de series de Fourier, y ella cuida en casa de 5 lindos términos de menor grado, producto cartesiano de su amor...




(Texto extraído de la revista de la ETS de Ingenieros Industriales de Madrid, allá por el año 1990. Firmado: "La jaca jacobiana")