Me niego, me niego, me niego y me niego a perder el
optimismo. Quizás sea mi exceso de confianza en las personas, lo que no me deja ver, no sé. Quizás es
sólo mi testarudez. Quizás es sólo porque me gusta contradecir, aunque en el
fondo reconozca más de una pizca de razón. Dame 10 cachetadas y no me callo.
Bótame 10 veces y me paro 11. Córtame las alas y me fabrico unas marca
ACME. Que sin sueños nadie puede crecer. Tengo voz, tengo voto, tengo manos
para hacer. El día que no pueda soñar será el día en que mis hijos velen ya sus
propios sueños. Díganme iluso, tonto, ingenuo, pero aún creo que las personas tienen aunque sea un poco en lo cual se puede confiar, quizá sea que mi segundo
nombre siempre será "quiero creer"
domingo, 28 de octubre de 2012
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