A mediados de la década los setenta se llevó a cabo un
estudio en la Universidad de Ohio, en USA, para tratar de evaluar la
correlación entre el colesterol malo y las afecciones cardiacas. Se escogieron
9 conejos que fueron evaluados completamente para así establecer una base
experimental que excluyera variables externos, tales como enfermedades latentes
que pudieran afectar el resultado final del experimento. En otras palabras, los
conejos fueron minuciosamente examinados para que fueran similares en cuanto a
salud y demás factores pertinentes. A cada conejo se le asignó un asistente de
laboratorio el cual estaba encargado de suministrarle una inyección de
colesterol diariamente durante los tres mese que habría de durar dicho
experimento. Al cabo de dos meses 8 de los conejos habían muerto debido a
afecciones cardiacas desarrolladas como consecuencia de las inyecciones, pero
uno de ellos aun permanecía con vida y gozaba de buena salud. Sin embargo, el
asistente encargado de este conejo había seguido al pié de la letra los
procedimientos designados por el conductor del experimento. Ante tal situación,
el encargado del experimento decidió repasar los videos que se habían tomado de
los nueve conejos y su comportamiento antes y después de las inyecciones. Lo único
que se encontró fue que el asistente del conejo saludable cargaba y mimaba al
conejo por unos minutos antes y después de suministrarle la dosis. Aunque el
detalle parecía insignificante, resultó ser el variable que explicaba el por
qué dicho conejillo aun gozaba de buena salud.
"Un corazón calmado es la vida del organismo."
Salomón
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