lunes, 8 de agosto de 2011

Los hibakusha

Nagasaki, Japón 9 agosto 1945.

La bomba fue liberada a las 11:01. Cuarenta y tres segundos después la bomba hizo explosión a 469 metros de altura sobre la ciudad y a casi 3 kilómetros de distancia del hipocentro planeado originalmente. La explosión se confinó al
Valle Urakami y la mayor parte de la ciudad fue protegida por las colinas cercanas. La explosión resultante tuvo una detonación equivalente a 22 kilotones y generó una temperatura estimada de 3.900 grados Celsius y vientos de 1005 km/h.

Se estima que fallecieron inmediatamente entre 40 y 75.000 personas, mientras que el total de decesos para finales de 1945 alcanzó los 80.000.

El radio total de destrucción fue de 1,6 kilómetros y se extendieron incendios en la parte norte de la ciudad hasta una distancia de 3,2 kilómetros del hipocentro. A diferencia de Hiroshima, en Nagasaki no tuvo lugar la «lluvia negra» y aunque sus efectos fueron más devastadores en el área inmediata del hipocentro, la topografía del lugar evitó que el radio de destrucción fuera mayor. Se calcula que el porcentaje de estructuras y edificios destruidos estuvo entorno al 40%, incluyendo hogares, hospitales y escuelas.

Un número desconocido de supervivientes de Hiroshima se había trasladado hasta Nagasaki, donde nuevamente fueron bombardeados.


Las víctimas sobrevivientes de los bombardeos atómicos son llamadas "hibakusha", una palabra en japonés que literalmente significa «persona bombardeada». La edad media de los supervivientes de los ataques sobre Hiroshima y Nagasaki ya supera los 76 años y el número oficial de hibakusha, ha bajado desde los 370.000 hasta los 227.565, según datos recopilados hasta finales de marzo. El gobierno además asegura que el 1% de dichos sobrevivientes padece alguna enfermedad asociada a la radiación. Memoriales en Hiroshima y Nagasaki contienen listas de los hibakusha que se sabe han muerto desde los bombardeos. Actualizadas anualmente durante el aniversario de los bombardeos.

Un recordatorio escrito para que algo así nunca más puede ocurrir, un recordatorio más de que nunca debió haber ocurrido...

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