viernes, 23 de enero de 2015

Los Comerciantes


En la feria de la vida hay comerciantes vocacionales y otros accidentales. El comerciante vocacional igual te vende zapatos, que ropa, que plantas, que jamones porque lo suyo es vender . El comerciante accidental, aunque el accidente dure toda la vida, llega a la feria porque lo suyo son las plantas, o los jamones y necesita venderlos para vivir .

El segundo, el que vende sus plantas, tiende a saber de plantas porque eso es lo suyo. El primero tiende a saber de ventas porque eso es lo suyo. Estos son los que suelen llevarse el gato al agua.

En la feria electoral sucede lo mismo. Unos igual te venden centrismo que derechismo que falangismo que lo que sea. Te venden lo que el mercado pide (aún si te vende piedras calientes). Son la clase de gente que flota siempre en cualquier sistema y situación. Crean un partido y de elección en elección van rellenándolo con artículos distintos como el comerciante vocacional. Últimamente lo que se lleva es el centrismo, pues venden centrismo, con un toque de ecologismo, no mucho, que también se lleva y una pizca de feminismo que hace bonito y así.

Otros sin embargo solo tienen una mercancía, una propuesta, la suya. Y, hecha la propuesta, el público decide si le interesa o no. Así, si tiene muchos compradores esa propuesta tendrá mucha presencia y si tiene pocos tendrá poca. Puede, este comerciante accidental, intentar mejorar la técnica de venta e incluso ampliar la oferta, digamos vender más clases de plantas para llegar a más público potencial y hacer viable el negocio, pero no cambiar el producto porque lo suyo no es la venta, es el producto.

En la feria electoral, como en la feria de la vida, yo me quedo con estos últimos. Más que nada porque los primeros pueden aprovechar tu voto para comprar la mercancía que venderán la próxima temporada que no tiene porqué ser la que a uno le gusta. 

Claro que uno no tiene alma de comerciante. Y el mundo es de los comerciantes. De los comerciantes vocacionales.

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