Sí!!, reitero lo dicho, las personas son como los libros.
Los hay apasionantes, divertidos, aburridos, insoportables...
Unos te los recomienda alguien, otros te obligan a leerlos, unos has oído hablar bien de ellos y tienes curiosidad, otros te llaman la atención en principio pero conforme pasan las páginas dejan de interesarte, y otro caen en tus manos no se sabe muy bien cómo pero te atrapan irremediablemente para siempre.
Los hay de sólo tres páginas pero inolvidables, los hay auténticos tochos soporíferos y también al revés, los hay que te duran meses y los disfrutas al máximo pero no los vuelves a leer, los hay que no te dicen nada, que te duran muy poco porque nada más abrirlos ya sabes todo lo que va a decir y los dejas a las pocas páginas, los hay que no los vuelves a hojear pero los recuerdas toda la vida, los que te dejaron un recuerdo imborrable, tan bueno que no te atreves a volver a ellos para no estropear la buena impresión que te produjeron y que puede que con el paso del tiempo cambie al leerlos de nuevo.
Y los hay que descubres un día y ya no puedes separarte de ellos nunca más, se convierten en el refugio al que acudes cuando necesitas consuelo y forman ya parte de tu vida como un compañero inseparable que te ayuda a superar los innumerables obstáculos del camino.
Tan difíciles de encontrar las buenas personas como los buenos libros.
Gracias a aquellas personas que son para mí como mis libros de cabecera.
Nunca dejaré de releer sus páginas con amor.
Tu para mí eres de ese último tipo de libro que mencionaste,de esos que descubres un día y ya no puedes separte de ellos nuncas más...
ResponderEliminarPErdón... pero pase por aquí... y me encantó tu post. Realmente pienso como vos... salud por los buenos libros, los viejos y aquellos por venir :)
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