YO RENUNCIO
Hoy quiero escribir sobre el
poder de la renuncia.
La renuncia es una palabra
muchas veces incomprendida. Intensa siempre. Nos confronta con nuestro ego, en
primer lugar; con nuestras limitaciones, con la responsabilidad.
En algún momento u otro,
todos hemos tenido que escribir una carta de renuncia. La gente renuncia a
puestos de trabajo. La gente renunciar a los comités de la iglesia. Incluso los
presidentes y pastores se encuentran escribiendo cartas de renuncia. Algunas
cartas de renuncia son de varias páginas, y otros son sólo dos palabras de
extensión, "Yo renuncio" Independientemente de la longitud o la
redacción, alguien está diciendo que ya no desea hacer el trabajo o el cargo
para el que fue encomendado hacer.
¿Por qué renunciar?
Cuando tus responsabilidades
van en contra de tus ideales, aunque estos casos son muy difíciles de ver, sin
embargo, cuando las políticas y cultura de la empresa contradicen tus ideales o
creencias, la renuncia a tu cargo puede ser justificada, ya que un buen líder
siempre se rige por sus principios morales e ideológicos
En la mayoría de los casos,
es porque algo ha cambiado en su asignación. El trabajo se ha convertido en una
decepción. Se sienten estafados sin dinero, la satisfacción laboral, el
reconocimiento, la promoción, o en alguna otra área. Otras personas renuncian a
tomar nuevas posiciones. Es asombroso cómo un individuo puede renunciar para
aceptar un nuevo trabajo con el doble de sueldo y la mitad de las horas, pero
en poco tiempo, muchos de ese grupo están deseando su antiguo trabajo…
El Papa Benedicto XVI validó
el concepto del desapego en el nombre de una causa más justa y lo ha hecho
desde el trono más poderoso del mundo. ¿Cómo así un hombre con tanta influencia
cogió su ego, lo empaquetó con humildad, y escribió una carta en la que dijo
hasta aquí llego, mis límites físicos impiden mi trabajo, me alejo, me voy… Leo
la carta del Papa, y pienso en mi propia renuncia. Renunciar es soltar, es no
creerse más de la cuenta, menos irremplazable. Es decir no soy inmortal, no soy
omnipotente. Renunciar es otra manera de
triunfar porque significa ser consecuente. Es más grande la persona que
sabiendo que su poder dice hasta aquí llego
que aquella que solo quiere vivir de su pasado glorioso sin dar la
posta. La renuncia sin presión y solo por convicción de las limitaciones es muy
poderosa porque valida la humildad. Generosos renunciantes hay pocos,
prepotentes y soberbios que quieren quedarse eternamente en el poder son
mayoría. Esa es la tremenda lección.
"Escoger un camino
significa abandonar otros. Sí pretendes recorrer todos los caminos posibles
acabarás no corriendo ninguno"
» Paulo Coelho