Bienaventurados los que alcancen la cima porque será cuesta abajo el resto del camino,
Bienaventurados los que catan el fracaso porque reconocerán a sus amigos.
Bienaventurados los castos porque tienen la gracia divina y la ocasión de dejar de serlo a la vuelta de la esquina.
Bienaventurados los que aman porque tienen a su alcance más de un cincuenta por ciento de un gran romance.
Bienaventurados los que están en el fondo del pozo porque de ahí en adelante sólo cabe ir mejorando.
Bienaventurados los que presumen de sus redaños porque tendrán ocasiones para demostrarlo.
Bienaventurados los que contrajeron deudas porque alguna vez, alguien hizo algo por ellos.
Bienaventurados los que lo tienen claro porque de ellos es el reino de los ciegos.