martes, 22 de octubre de 2013

Diversidades


Decía el viejo Nietzche que el hombre debería contradecirse por lo menos cien veces al día y agregaba que un exceso de conciencia había puesto punto y final a la civilización Occidental y Cristiana. Ya se contradecía el filósofo al suscribir su postulado. Novalis decía que hablar por hablar es una forma de emancipación y Karl Jasper enuncia que quien ya tiene las respuestas definitivas no puede hablar al prójimo... recuerdo estas sentencias en voz alta, o en letra alta , mayúscula o destacada debido a los plurales conceptos que se dejan ver entre líneas, sobre lo que debiera ser un Sindicato de Trabajadores.

Hay quienes apuestan por banalizar la institución, ¡bravo!; hay quienes apuestan por discursos incendiarios, ¡bravo!; y también, hay quienes se pretenden dirigentes; es lógico, toda institución que se precie debe tener dirigentes, opino que un Sindicato es una vitrina, una rica vitrina en la cual se exponen variados puntos de vista, creo en la variedad, en la fuerza de sus confrontaciones o en la decadente y exquisita frivolidad; acá practicamos la libertad, y libertad no es dejar de cuestionar al otro, libertad es cuestionarlo sin temores, sin prejuicios, sin tregua. La dinámica misma de la Empresa en que laboramos y sus múltiples Sindicatos se encarga de deslindar bandos o grupos de coincidencias y divergencias, la dinámica permite un valor fundamental: el derecho a no pensar igual a todos y a encontrar un eco, una respuesta; ¡bravo por eso!. 
Que se exprese quien quiera, que exponga quien apetezca; la única limitante es ética, quien se expone debe asumir los riesgos del acto con la responsabilidad que acarrea tal ejercicio. Bravo por todos quienes diariamente viene por estos predios a hacer valedero el postulado de Nieztche. 
Ahora, quien ya tenga respuestas definitivas, es prudente aconsejarle seguir el precepto de Karl Jasper. 
Todos, absolutamente todos deberíamos celebrar tener adversarios. Es sano y provechoso.

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