jueves, 23 de julio de 2009

¿Seremos sustituidos por máqinas?

En la casa de Ray Bradbury hay un pequeño cartel que anuncia: “¡golpee!, aún puede usar su mano” eso refleja su preocupación profunda por el futuro de una humanidad dependiente de las máquinas y es uno de los temas que se pueden ver frecuentemente en sus relatos, de esta manera, Bradbury nos presenta una sociedad en la que no importa la memoria, ni el pasado, todo se vuelve automático, no hay espontaneidad. Para Bradbury, existe la posibilidad de que el hombre llegue a tal grado de mecanización en que perderá sus sentimientos. La pérdida de los valores humanos es la consecuencia lógica de una sociedad mecanizada en la que todo se ha vuelto automático. Y esta es su tesis central. Como todo se resuelve con solo apretar botones, las personas pierden el significado de su existencia en el mundo, aunque ni siquiera exista la conciencia de ello.
Dicen que cuando una persona muere su alma sigue viviendo, el alma, eso es lo que nos diferencia de las máquinas, alguien o algo que pueda contar la historia de quienes o que fuimos, aun cuando desaparezcamos y las cenizas vuelvan a las cenizas y el polvo al polvo, si eso no es el alma no se que es. La ciencia, la nanotecnología hoy en día llevan a cabo milagros como los dioses de la antigüedad, manejando la vida desde células o bacterias o una pizca de metal, son criaturas perfectas, y por eso no tienen menos derecho a estar aquí, pero hay ciertas cosas que las máquinas no podrán hacer nunca: no pueden tener fé, no pueden comunicarse con Dios, no pueden apreciar la belleza, no pueden crear arte, pero si aprenden esas cosas no les hará falta destruirnos… porque serán nosotros

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